Idiófonos no percutidos frotados

La vibración del indiófono es inducida mediante la frotación. Pocos son los ejemplos de este tipo de instrumentos. El más conocido es la armónica de cristal, consistente en varias copas afinadas. A pesar de que pueda resultar extraño, compositores como Mozart o Gluck crearon obras para tan singular idiófono. Posteriormente, Benjamín Franklin basándose en la armónica de cristal, sustituyendo las copas por discos de cristal y añadiendo un sistema mecánico que hacía girar a estos, desarrolló la conocida como armónica de Franklin. Se dice que las vibraciones que producía este instrumento producían graves daños a los intérpretes, por lo que cayó en desuso, llegando a estar prohibida. Con un poco de tino podemos hacer sonar una copa de cristal, frotando el borde de su boca con el dedo ligeramente humedecido. Es importante en este menester la paciencia, ya que muy posiblemente nos pasaremos un buen rato repasando el círculo que constituye la frontera superior del receptáculo antes de obtener resultados. Cuanto más fino sea el cristal más fácil nos resultará. Una vez conseguido el primer sonido, podemos experimentar juntando varias copas. Si las copas son iguales un líquido puede ayudarnos a variar la afinación de cada una de ellas.
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